COMENTARIO
Escribe: Mario San Martín Aliaga
A propósito de la elaboración de un proyecto donde se me invitó a participar, propuse la realización, por parte de los actores (jóvenes y madres) de actividades destinadas a proyectarse al 2020, o sea de aquí a unos 15 años más.
En mi trabajo con distintas personas, me he dado cuenta de que no son pocos los que viven sin un plan, y esta falta de proyección les hace actuar de acuerdo a las condiciones ambientales y mas bien reaccionar frente a los hechos, en vez de anticiparse y generar condiciones , crear ambientes y diseñar futuro.
En el proyecto aludía a la necesidad de reunir a los participantes (jóvenes y sus madres) en torno a modelar, confeccionar, escribir y realizar una suerte de proyección de que será de sus vidas en el 20020.
Este tipo de actividades, podrá aparecer como insignificantes u otros podrán calificar de simples sueños. Lo cierto es que mientras más trabajamos en el futuro más posibilidades tendremos de construir nuestro destino en base a esa planificación.
Así como estos jóvenes podrían pintar, modelar o escribir sobre lo que esperan que ocurra con sus vidas en 15 años más, así también las comunidades están llamadas a diseñar su futuro, a dialogar sobre sus sueños y esperanzas comunes y, en la medida en que estos sueños y esperanzas comunes se expresen, se divulguen y los miembros de la comunidad los hagan propios, así también estos sueños se empezarán a plasmar en la realidad.
Cuántas veces, con qué periodicidad, la familia (sin ser interrumpida por el televisor) logra dialogar sobre le futuro. Más directo aún, cuando fue la última vez que hicimos partícipe a nuestros hijos de nuestros sueños más preciados, de nuestros anhelos.
Diseñar, planificar es un ejercicio que debemos practicar individual y comunitariamente.
Escribe: Mario San Martín Aliaga
A propósito de la elaboración de un proyecto donde se me invitó a participar, propuse la realización, por parte de los actores (jóvenes y madres) de actividades destinadas a proyectarse al 2020, o sea de aquí a unos 15 años más.
En mi trabajo con distintas personas, me he dado cuenta de que no son pocos los que viven sin un plan, y esta falta de proyección les hace actuar de acuerdo a las condiciones ambientales y mas bien reaccionar frente a los hechos, en vez de anticiparse y generar condiciones , crear ambientes y diseñar futuro.
En el proyecto aludía a la necesidad de reunir a los participantes (jóvenes y sus madres) en torno a modelar, confeccionar, escribir y realizar una suerte de proyección de que será de sus vidas en el 20020.
Este tipo de actividades, podrá aparecer como insignificantes u otros podrán calificar de simples sueños. Lo cierto es que mientras más trabajamos en el futuro más posibilidades tendremos de construir nuestro destino en base a esa planificación.
Así como estos jóvenes podrían pintar, modelar o escribir sobre lo que esperan que ocurra con sus vidas en 15 años más, así también las comunidades están llamadas a diseñar su futuro, a dialogar sobre sus sueños y esperanzas comunes y, en la medida en que estos sueños y esperanzas comunes se expresen, se divulguen y los miembros de la comunidad los hagan propios, así también estos sueños se empezarán a plasmar en la realidad.
Cuántas veces, con qué periodicidad, la familia (sin ser interrumpida por el televisor) logra dialogar sobre le futuro. Más directo aún, cuando fue la última vez que hicimos partícipe a nuestros hijos de nuestros sueños más preciados, de nuestros anhelos.
Diseñar, planificar es un ejercicio que debemos practicar individual y comunitariamente.
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